11 de Octubre del 2011 07:47 PM por Gembica Un sanador maravilloso de Nueva York llegó a mi Universidad cuálquiera en el Sur para hablar sólo a las mujeres en la capilla de la Universida. Nos predicó a nosotras en una retumbante voz y advirtió que cuando la mujer y la madre caen lejos de Dios y son profanadas en su femenina divinidad que deben sostener, a traves de sus propias decisiones o por la sociedad en general, son prostituidas, silenciadas, violadas, incluso asesinadas como fue el caso de Hepatia entonces toda la civilización pasará por la destrucción de la familia, el niño, el hombre, el Gobierno y las instituciones porque la mujer mantiene el equilibrio y el estándar para toda la sociedad. El hogar es el microcosmos para el resto de la sociedad y cuando la casa se destruye, le sigue la civilización. La mujer es la madre en el hogar; Ella es la madre del mundo. Nunca olvidaré sus palabras y la fuerza que se sentía al escucharlo. Barbara Stevens Sullivan, psicoterapia, escribió sobre el principio femenino (1989). Ella escribió: Nuestra resistencia a una orientación femenina es tremenda….En el rostro de la más clara evidencia, más consistente, nuestra cultura insiste en negar el hecho omnipresente, ineludible de la oscuridad y la muerte y de mantener una ficción de la posibilidad de vivir felizmente con solo manejar nuestras vidas correctamente. La consecuencia de esta actitud no es una incidencia cada vez más generalizada de la felicidad, es más bien una situación en la cual las personas se sienten culpables por su depresión y desesperación, agravando su dolor con la lucha contra el sufrimiento legítimo que implica la vida y que, cuando se presenta, en última instancia, traera sabiduría. Todos experimentamos el dolor de un retorno karmico en forma de inconformidad al profundo sufrimiento por el que estamos pasando. El sufrimiento tiene el propósito de elevar nuestra conciencia. Si queremos evitarlo, o someterlo con drogas, etc. no desaparecerá, seguira alimentandose en nuestra psique. Debemos aprender las lecciones de la vida. Debemos afrontar nuestra parte de sombra y aprender de la sabiduría que nos enseñará. Este es el enfoque femenino para la curación. Quiero cerrar diciendo que lo femenino no es de más valor que el valor que tiene el principio masculino en la vida. Ambos son esenciales, y ambos necesitan integrarse en su ser y conciencia. El aspecto masculino ha traído a la civilización muchas bendiciones, incluyendo una tecnología y un alto nivel de vida. Sullivan escribió, "pero la pérdida de lo femenino está aumentando perjudicando las capas más profundas de nuestra vida. Lo femenino no es superior a la masculino, pero por lo que nos hace falta, puede parecer más conveniente que lo que tenemos." El esfuerzo consciente para abrazar, integrar y volver a la madre y a la divinidad femenina se requiere de cada uno de nosotros nuestro aporte. La actividad cerebral del lado derecho creativo, el equilibrio del corazón en el de amor-sabiduría centrado con la pluma azul del poder de Dios es un depósito innegable de seres conscientes de vivir en armonía con lo divino. Es conciencia de Cristo. Siempre recordaré las palabras de nuestro Señor, Jesús cuando dijo: "Soy el campeón de la mujer". Es lamentable que Jesús no estaba allí para defender a Hypatia en sus últimas horas.
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